Marta Martinez:
Oriunda de Ramos Mejía. Participó en las siguientes
Antologías: “El Libro de los Talleres” 2012 al 2018 y en “Sucedió Bajo La Luna”
de Editorial Dunken. “Tiempo Para Niños”,
“Tiempos de Chocolate y Rosas”, “Tiempos de Luna Naranja”. Del 2019 al 2022
colaboró en la coordinación del taller Letras y Sueños poesía. Participó en
Autores de La Matanza de la “Antología de poemas y relatos” de la 2ª a la 10ª”
edición. Y desde el 2009 participa en la Feria del Libro de La Matanza.
Retazos
Tienes 6 años, cursas el primer grado. Vives en un pueblo chico, donde
todos se conocen. Tanto, que, aun siendo pequeña, tu madre te envía con un
papelito hecho un rollo, con el dinero adentro; donde dice lo que debes traer
del almacén. Allí te atiende un hombre que te parece enorme con el pelo rojizo
y mejillas coloradas.
¡Hola
linda! –Dice- mientras con dos dedos de su manota toma tu cachete y lo aprieta
en forma de saludo. ¿Cómo están tus papás?
Bien
respondes a punto de llorar del dolor.
Luego te olvidas del
almacenero, y te alegras, cuando tu madre te ata con un moño gigante el
delantal blanco impecable y te peina para ir a la escuela. Como tienes el pelo
largo, te trenza con una cinta llena de florcitas pequeñas de todos los
colores.
Eso te gusta. Te
gusta el camino que recorres hasta llegar a la escuela. Te encanta cruzar ése
campo lleno de flores, que nadie te impide cortar. Crecen solas junto a los
tréboles y son tan libres como el viento. Eliges las violetas son tus
preferidas para el ramo que luego le entregarás a la maestra.
La señorita recibe
las flores con una sonrisa.
¡Hay
Martu, Martu! Es hermoso el ramo, pero debes llegar a horario.
Pero bien vale la pena retrasarse en ése campo poblado de duendes y
flores. ¡Pero de repente cuando menos lo esperas lo ves a él! Ahí está
orgulloso de que lo hayas encontrado escondido entre tantos.
Es el trébol de cuatro hojas, verde con manchitas más claras que luego
guardas como tesoro en las páginas de tu cuaderno, para orgullosa mostrárselo a
tus compañeras.
Y ahí está tu madre esperándote con la merienda cuando llegas cansada de
la escuela. Siempre con el delantal que cubre su vestido. Es un delantal
multiuso. Le sirve para no ensuciarse cuando cocina, se lo levanta formando un
hueco tipo canasta cuando recoge los huevos del gallinero, o cuando junta de la
huerta unos tomates aquí, un morrón allí y todo lo necesario para la comida del
día. El delantal es único para tu madre, de mucha utilidad. Solo se lo saca si
viene visita o tiene que salir.
Retazos por aquí, retazos por allá. Son retazos de vida.
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