22 de noviembre de 2024

Marcelo Alejandro Farias

 


Marcelo Alejandro Farias: Nació el 3/7/1987. Tiene varios cuentos y novelas publicadas. Participó en eventos, incluyendo la Feria del libro de Buenos Aires, la Feria del libro de Merlo y la Feria del libro de La matanza.

 

Detrás de la máscara

 

Acababa de mudarse. Era la primera vez que vivía sola. En ese momento estaba acomodando cajas. Algunos amigos la habían ayudado, hasta que se hubiera acostumbrado y se las pudiera arreglar sola.

Hacía tiempo que la casa estaba deshabitada. No había herederos. Nadie recordaba quién vivía allí antes. Hubo que esperar a que el gobierno interviniera para que se pudiera disponer de la casa. Cuando finalmente ella se mudó, se encontró con que lo único que quedaba de su antiguo dueño era un armario pequeño.

Limpiando el mueble que le acababan de traer, encontró una máscara en uno de los cajones. Aunque era gruesa y dura, se parecía mucho a un rostro humano. Del otro lado era de un negro tan oscuro que no había luz ni sombra. Imaginó cómo reaccionarían sus sobrinos, que llegarían en unas horas. Se la puso.

Se adaptaba muy bien a la forma de su cara. Sin necesidad de sostenerla, se miró en el espejo del rincón. Ella miró el hombre anciano que formaba su máscara. Fue un instante, en el que sintió que se desvanecía y su rostro se escapaba. Un segundo después, el hombre se quitó la máscara de la mujer y apareció en la habitación.

 

 

La desilusión

 

Carlos despertó confundido. Estaba en el suelo, en la casa de su compañero. Llevaba su uniforme de policía. Leandro había dejado de ir a trabajar hacía varios días, sin dar explicaciones. Cuando hablaron por teléfono lo notó raro. No quería decir qué le pasaba. Así que decidió ir a verlo.

Escuchó un ruido. Se incorporó. Leandro apareció asustado. Al verlo retrocedió. Otra figura entró. Era igual a Carlos y llevaba pistola. Él sacó la suya. La figura se dio vuelta. Tenía una expresión extraña, como burlándose. Carlos no se reconoció en él. Por el contrario, estaba paralizado. Se colocó entre Carlos y Leandro. Levantó su arma. Ambos dispararon. La bala atravesó la figura e impactó en su amigo.

La figura miró el lugar donde debió impactar la bala. Volvió a observar a Carlos y se desvaneció, sin cambiar su expresión. Leandro lo miró fijo, sin decir una palabra. Permaneció inmóvil unos segundos y luego se derrumbó.

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