23 de diciembre de 2024

Alfredo Anaya


 Cuenta una desconocida leyenda urbana de más de medio siglo que, en el Viejo barrio de Palermo, a pocos días que en Villa Fiorito naciera El fútbol, llegara un niño que, con la misma lógica escorpiana, también "haría historia" (por cierto que más modesta).

En un conventillo situado donde a Borges se le antojara la mítica fundación de Buenos Aires

("....Una manzana entera pero en mitá del campo/expuesta a las auroras y lluvias y sudestadas/La manzana pareja que persiste en mi barrio:/Guatemala, Serrano, Paraguay, Gurruchaga. ..."); fue acunado por una pareja de costureros, un humilde escriba con deseos de poeta y sino de cantor. Con oficio de preceptor de escuela pública a lo largo de 30 años, intentó "picotear" aquí,  allá y no con poca osadía tras un largo derrotero nutrido con diversas aunque tardías lecturas, recalara por fin en La Cachirula, justo cuando se retiraba la pandemia. Allí finalmente comenzaría a aproximarse a su deseo inicial, rodeado de una saludable diversidad compañeril. Participa entonces de las antologías "Plural", "Casa libro" y "En la tarde...poesía". Próximamente verá la luz su primer libro solista...


Elijo I – Alfredo Anaya

 

Del árbol, una hoja elijo ser

que el viento agite

la lluvia bañe

el sol haga vibrar de luz

nueva

cada vez.

Alimentar un bichito viajero

acariciar un pájaro

que canta y canta y canta.

Esperar la llegada del otoño

desprenderme suave
flotar en un último viaje

regresar a la tierra.

 


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