Leticia Nancy Gonzáles
En lo personal puedo decir que tuve sueños como todos, no muchos se cumplieron. En el caminar de la vida aprendí a ser feliz. Con respecto a la literatura empecé a escribir en pandemia. Impensado para mí que podía escribir. Así parí mi primer hijo literario: “Mi historia ya no calla”, autobiografía donde invito al lector a escuchar mi voz, que ya no calla. En 2023, estuve en la Feria del libro de la Rural. Ahora soy integrante de Experiencia Letras dónde estoy aprendiendo a escribir cosas lindas gracias a todos mis compañeros.
letyluz54@gmail.com
Cerrar el círculo
Era una noche como pocas. La luna llena,
inmensamente brillante, como nunca daba sombra con su luz a las personas ahí
reunidas. Era una reunión de amigos en una mansión especial, con un césped
impecable como una alfombra verde.
No necesitaban luz, con la luna alcanzaba.
Charlas, risas, exquisito vino, alegría y mucha complicidad y confesiones.
Beca era una mujer muy seductora, aún más con
su belleza. Un amigo de total confianza le pregunta, debido a su vasta
experiencia en amores, sobre el sexo y el amor.
Con naturalidad, muy dulcemente, les comenta
que el sexo está en todo: en los animales, en las plantas, incluso en la forma
de vestir, en toda cosa bella hay sexo. Deja en claro que el sexo no necesita
del amor, ni el amor del sexo. Es parte de la creación casi espiritual, por esa
razón hay que disfrutarlo y no rechazarlo.
―Amigos, tal vez algunos no me comprendan,
―con amorosidad, Beca, les dice.
–Tenemos patrones mentales, estoy segura sobre
la espiritualidad en el encuentro de hombre y mujer. Tengan el sexo que quieran
y puedan, eso es solo una necesidad, un alivio. Cuando nos tomamos el tiempo
necesario pasa a ser casi religioso, cuánto más tiempo mejor. En ese encuentro,
de pies a cabeza, se pasa de tu mente a tu espíritu. Serás una orquesta con todas
notas, cada parte de tu cuerpo vibrará al ritmo de la música. Entre besos y
caricias entrelazados, comienza la energía a fluir al encontrarse el uno con el
otro. Cuerpos danzando en esa sinfonía son partes de un todo y en ese todo
comienza el amor. El acto sexual es fácil, el sexo sin amor es agradable y
frívolo, es solo energía que se junta.
Hacer el amor es espiritual al encontrarse energía y espíritu se cierra el círculo y comienza el amor. Ama, fúndete en la calidez de la otra persona. Deja de lado la fantasía solo fúndete en la persona real. Por mucho tiempo fue llamado pecado original, ni es pecado, ni es original, es expresión. Expresión donde ambos desaparecen y vibran. Estremécete, que tu cuerpo se exprese. Ya no hay dos cuerpos, dos mentes, solo energía y espíritu donde se cierra el círculo y comienza el amor.
Ante el silencio de todos que escuchaban con
atención, Beca alegre dice:
–¡Tengan sexo, hagan el amor hasta el fin de
sus días!
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