6 de octubre de 2024

Javier Romero

 


Javier Romero 

 Profesor de Lengua y Literatura, egresado de la educación pública. Coordinador del Taller Literario «Experiencia Letras». Convencido de que el mundo debe ser inclusivo y que un cóctel de feminismo, educación, arte, inteligencia emocional, empatía, pacifismo, altruismo, solidaridad, y ecología es el único camino sustentable para que la humanidad perviva. Frase de cabecera: «Solo merecen el nombre de idealistas aquellos que anhelan un futuro mejor ante el actual imperfecto», de José Ingenieros. Sabe que la verdad es un mito, que la mentira es el enemigo y que el héroe colectivo es el único que vale la alegría. profejavierromero@gmail.com


Soltar


Todos los días me acuerdo de ella porque me enseñó una de las cosas más importantes de la vida: me enseñó a soltar. Así, solté los papelitos que escribía en las servilletas, solté las tapitas de plástico que juntaba por caridad, solté los tornillos oxidados (que quién sabe a qué ser se le habían caído), solté los cuadernos viejos llenos de poesías, solté las revistas con letras de canciones de rock, solté las medias agujereadas y las cansadas de estar zurcidas, solté mis calzoncillos preferidos que me pedían «por favor», solté las remeras percudidas en los sobacos, solté las cajas de cartón corrugado polvorientas y húmedas, solté ese juguete de la infancia (ya perdida y mal madurada), solté los souvenires de décadas con grasa de la cocina, solté las fotos de un pasado con alguien olvidable, solté los teléfonos analógicos gastados de llamadas sin atención, solté los longplays doblados por el calor de la intemperie y el frío arrítmico de mi presente, solté los teclados viejos que no daban en la tecla…

Todo lo solté. Ella se alegraba porque cada vez me costaba menos soltar a mi pasado. Cada vez guardaba menos cosas porque estaba todo en mi memoria y si no lo estaba no era útil ni tan importante, o no era parte de mi vida.

Así, un día, a ella, la solté.

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